viernes, 22 de abril de 2011

... ya no lo harás.

Publicado el 17 de abril, escrito con mucha tristeza por lo acontecido.

... ya no lo harás.

Empecé la semana dándome un ultimatum, ya no se volvería a repetir. Me dije: desde el próximo lunes las cosas tienen que cambiar, este será tu último fin de semana "desbocado", esta será tu última oportunidad.
Sin querer todo el universo confabuló para que así sea. Las cosas están mucho más claras, pero el golpe fue duro (para variar). Sí, como siempre no supe manejar las cosas, se me fueron de las manos y se metió en mi
cabeza una idea errada, una que sólo mostraba mi retroceso, mi enfermedad.
Esperé con ansias todo, al final siempre estaba rodeada por incertidumbre... pasé una buena noche con una buena amiga, mi Sandrita preciosa que estuvo ahí para mí, cuando menos lo esperábamos llegó el ansiado msj. Ambas nos emocionamos y ella estaba ansiosa por que le pague la apuesta. A las finales llegó, pero sólo fue una sombra... fue tan triste. Tragos van, tragos vienen, baile, puchos, palabras... sí, como casi siempre, pero esta vez fue distinto.
"No quiero hacerte daño", debería ser el título de esta nota, pero no lo será... porque no es cierto, "no quiero usarte"... "ya no lo harás", fue la respuesta más lúcida desde hace mucho.
Debo decir que nunca en mi vida estuve tan cerca de algo así, de pronto me quedé sola en medio de la noche y, aunque cerca, estábamos tan lejos... Descubrí algo que hubiera preferido JAMÁS ver, noté cómo un ser humano sufre con todos los poros de su piel, fue tan triste. Lo peor de todo es que no pude ayudar, aunque me digan que no debería meterme, que no es mi problema, que esa persona se lo buscó... es mi enferma naturaleza la que me dirige hacia el herido, a veces con botiquín en mano hago lo que puedo y a veces con mis propias manos cubro las heridas, no siempre lo logro pero al menos algo hago. Esta vez fue tan distinto, rogaba por ayuda pero su corazón se había endurecido tanto que ya no la podía aceptar, me sentí tan triste y comprendí que su tristeza era mucho mayor, y su enfermedad también.
Alguna vez pasé por eso, y me causa mucho dolor ver a alguien desangrarse de esa forma. Sé que eres una buena persona, sé que en el fondo la soledad te invade, sé que a veces piensas que lo que haces está muy mal, pero también sé que aún no saldrás de ese hoyo, y que por más que digas que las cosas que te he dicho te retumban en la cabeza... seguirás cayendo.
Observar todo eso (y sé que lo que he descrito es casi nada de lo que realmente sucedió) me hizo abrir los ojos, me di cuenta que también estaba cayendo en su juego (hace rato había caido) y estaba retrocediendo a pasos agigantados, "no más" fue lo que escuché salir de mis labios y comprendí que debía irme. Antes hice un último intento, pero su conciencia estaba en off, se había transformado en un ser extraño... en alguien que -estoy segura- esa misma persona repudia, pero que, por el momento, lo controla. Fue tan triste.
Se perdió en medio de todo, se durmió en el frio piso... pero es donde quiere estar, al menos por ahora. Yo espero que pueda salir de todo esto, aunque aún tiene para rato. Igual quisiera que note estas llamadas de atención que le da la vida, no es suficiente con decir que ha decidido cerrarse a algo, a las finales uno nunca puede controlarlo. Por ahora mantendré mi distancia, pero estoy segura que volveré a tener noticias suyas y, como le dije, espero que cuando sea el momento... me llame para contarme que ya está bien y es feliz, en ese momento yo le contaré que también lo soy y todo será como debió haber sido desde el inicio.
He decidido avanzar y espero recuperar todo lo perdido, no volveré a mirar hacia atrás, y todos los días me diré: "no Natalia... ya no lo harás."

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